El lavavajillas necesita una limpieza interior cada cierto tiempo para que a su vez mantenga limpios y brillantes nuestros platos y vasos, y él mismo siga estando a punto. Los restos de comida, la grasa y la cal son sus grandes enemigos, y para evitar que su deterioro nos obligue a reemplazarlo antes de tiempo te vamos a dar algunos consejos que te van a venir muy bien.
- El compartimento para sal
El lavavajillas nos avisará cuando debamos reponer la sal en la parte inferior de la cubeta bajo un tapón de rosca. Lo haremos con un embudo especial a través del cual echaremos la sal en este compartimento. Si cae sal fuera tampoco pasa nada, aunque es mejor que la retires.
- El filtro
Debes extraerlo y limpiarlo con periodicidad. Cógelo por su parte superior para extraerlo y límpialo porque acumula la mayor parte de la suciedad y los restos de comida de este electrodoméstico. Lo puedes hacer con jabón o con bicarbonato de sodio y un cepillo e incluso dejándolo en remojo en agua para que se ablande y desincruste la suciedad.
- Las bandejas
Para realizar lo anterior será mejor que saques al menos la bandeja inferior pero puedes aprovechar para revisar que ambas estén limpias y si no es así darles un repasito, así como a los carriles.
- Dosificador de detergente y abrillantador
Retira los restos de producto si no se ha disuelto bien. No es recomendable esas costras superpuestas que pueden acabar generando atascos.
- La junta de la puerta
Con un paño húmedo limpia la goma de la puerta que suele acumular restos de comida y moho, incluso empleando un cepillo pequeño.
- Truco natural
Puedes limpiar el lavavajillas con vinagre programando un ciclo de lavado largo a la máxima temperatura que sea posible y a los 10 y 15 minutos lo interrumpes, abres la puerta y echas directamente un vaso de vinagre blanco, dejando acabar.